jueves, 16 de mayo de 2019

Quinto día: De Alcalá de Henares al Guernica (16.5.2019)

JRPedraza. El cielo del jueves apareció con las señales propias de un cambio de tiempo, los cirros altos adivinaban la lluvia de la noche. Luego el día fue esplendoroso en luz y generoso, por tanto, en grados.
Quítemosnos dos flecos que quedaron en el tintero:
a) La redacción consiste en un ordenador en la esquina de la amplia sala de encuentros (la de los juegos, asambleas, la teórica clase mañanera,...). De telón de fondo del ordenador, una extraordinario mapa de España del IGN, a relieve y a escala 1:1000000, una de esas cosas que nunca nos suelen regalar a los geógrafos y que nos devolverían al 7º de EGB en el que encontramos, probablemente, el rumbo de nuestra vocación (un mapa más viejo y sucinto nos servía para pasar los plúmbeos recreos del tercer trimestre allá por el mes de enero y febrero -cuando había cinco-).
b) Los estorninos son el símil que encontramos los profesores para describir los movimientos gregarios que realiza la adolescencia cuando se mueven en gran grupo los jóvenes sin atender nada más que a dos iguales que se mueven al unísono, a la misma velocidad y con inesperados cambios de dirección (teoría matemática de Pedro). "-Oye, chicos, ¿dónde vais?. -¿Eh?" Y continúa la danza móvil sin saber muy bien a qué orden obedecen, cuando lo único que se les dijo es que torcieran pasado el kiosco a la izquierda. "¡No me entero, estoy es que no hay que lo entienda!", espetará algún maestro.
La mañana empezó de noche, casi ni clareando. Gajes del oficio que no vienen a cuento (informaremos en su momento). Uno de esos momentos y de esos episodios en los que te das una vez más cuenta (son muchas y continuadas) con quien uno debe irse de viaje (eso que siempre habremos dicho alguna vez todos). Y tanto Pedro como María José son de esas personas y compañeros con los que uno se iría al fin del mundo. Cuando uno conecta en valores, ritmos, intereses,...siente en sus carnes lo que en su tiempo dábamos en Educación Ético-Cívica como 'sensibilidad moral'. No hay que pedir nada puesto que antes de que tu necesidad llegue, ya ha habido un ofrecimiento desinteresado. Si los perros huelen enfermedades prematuras o terremotos, éstos presienten antes de que sientas. Así cualquiera va de viaje, a comprar lotería o de hospitales. Lo que tú no eres capaz de dar, te es dado. Sólo queda aprender y dar las gracias por haber tenido la suerte de vivir esa convivencia compartida y empática. Antes de mirar, ya se sabe lo que hay, y la respuesta está dada conforme a tu deseo. 
Desayunamos como de costumbre, y, a poco que nos dimos cuenta, estábamos apeándonos en Alcalá de Henares. Dos postas nos esperaban: la Universidad y el Corral de Comedias (la patria de Cervantes, como casi todo, merece lo suyo; la suela que no le dimos).
En la puerta de entrada del Colegio de San Ildefonso, esa fachada que estudiamos como ejemplo del renacimiento purista, nos saludó Beatriz, joven y salerosa guía que nos deleitó con sus explicaciones por cada uno de los entresijos de la sede del Alma Máter complutense. En 1499, fundada por el cardenal Cisneros, allí se estudiaban los "Estudios Generales". A pocas manzanas, los colegios menores. La ciudad fue concebida como el primer campus universitario del mundo, según reza la Declaración Universal de Patrimonio de la Humanidad, y la influencia de todo lo que aquí se pergeñó se expandió sin angosturas por todo el Nuevo Continente, que en esos tiempos se estaba conquistando y colonizando. En principio se hizo un retablo pétreo típico de la sequedad franciscana de Cisneros, pero luego se remozó con caliza dorada en 1551 por Rodrigo Gil de Hontañón, y quedó tal y como hoy la conocemos. El programa iconográfico es todo un portento, que resumido sería algo así como que el conocimiento nos llevaría a alcanzar la vida eterna (Dios, arriba, ocupando el frontón). 
El alumnado se mostró en todo momento ávido de comprender cada uno de los elementos que Beatriz descomponía en su análisis formal (que si el cordón franciscano que lo enmarca todo, que si las 72 leyes o constituciones del cardenal, que si los votos de pobreza, que si...).
Entramos por el zaguán al patio principal llamado de Santo Tomás de Villanueva. Esas graníticas arcadas superpuestas y herrerianas son el claustro de luz desde el que se distribuyen la biblioteca o las habitaciones del alumnado más humilde en su momento (los requisitos para entrar en los estudios superiores son dignos de investigar -no digamos de cotejar con el presente-). Se rehizo en 1662, y allí está el escudo cisneriano, ajedrezado con cisnes (por Cisne..., todo una adivinanza). El regente se retrató en bajorrelieve en lo más alto.
Beatriz iba abriendo y cerrando puertas como la madre-portera de un convento, y, sin recuperar el resuello, nos explicó el origen del vocablo "empollones" (humildes estudiantes calentadores de sillas que cobraran por ello y que asemejaban a las gallinas que están empollando -por sus derrengadas vidas, tenían que aprovechar el dinero recibido y el tiempo empleado en calentarle el sitio a hidalgos y caballeros-). A los que llegaban tarde a sus clases, tres días de cárcel (el PAC de entonces) a pan y agua.  Y que si no eran castos, esto, y que si eran usureros, lo otro, y que si utilizaban el español en vez del latín, lo de más allá (literalmente, eran enviados a galeras).
Alcalá fue para España un regalo del conocimiento. La Puerta de la Gloria era antaño la puerta grande por la que los doctorados salían a la plaza del Mercado entre vítores y volandas. Costo del aprobado: tres días de invitación a la ciudad entera (los pobres se doctoraban en Semana Santa cuando se hacía vigilia; ser pobre hasta para doctorarse, mecachis). 
Nos paseó por la Puerta de los Burros (la de los suspensos, apaleados y manteados).
En el XIX todo se vino abajo, llegó la decadencia, la desamortización de 1836, luego fue cuartel,...Se cerró y se reabrió en 1977 (por eso dicen que es de las más viejas y de las más nuevas a la par).
Nos condujeron a uno de esos sitios mágicos de la geografía española, el Paraninfo de la universidad alcalaína en la que cada 23 de abril se entrega el premio Cervantes del año anterior. Pedro Gumiel compuso una sala sobria mas singular. Excepcional artesonado, galerías platerescas, y cuadra militar que dejó sus pezuñas y herraduras en el artesano y geométrico suelo de azulejería. Glorias de España jalonan sus paredes, entre ellas algún cordobés, Juan Ginés de Sepúlveda, tarugo.
Hasta el siglo XVIII no se doctoró una mujer, Mª Isidra de Guzmán y de la Cerda. Patio de Filósofos (P. Gumiel, 1513) -"aquí se tradujo la primera Biblia Políglota por Antonio de Nebrija", señalaba nuestra amable anfitriona-. Pedro, que no para de observar, ve en todas las guías del viaje unos códigos, tonos y modos propios del oficio (busca matemática hasta en los soniquetes y muletillas).
"-Es la única universidad con campus en dos provincias". Abre puerta, cierra puerta.
La capilla es otro se los lugares de culto (en sentido histórico, no religioso, que también). El sepulcro de Cisneros está allí, sin sus huesos que permanecieron en la Catedral Magistral tras el traslado que se hizo en varios lapsus bélicos. El mármol de Carrara, o sea, el inerte cardenal, tiene más mataduras que un Nobi Nobita en una de sus desventuras: dedos rotos, nariz tronchada,...De urgencias casi.
Una consideración: qué bien le sentaba a nuestras chicas y chicos pulular por aquellas estancias tan brillantes, nos los imaginábamos como apuestos y eruditos bachilleres caminos de la gloria, la de la puerta y la de sus vidas.
Nos despedimos de Beatriz. A tiro de piedra, el Corral de Comedias, un tesorito teatral con más de cuatros siglos de vida, aunque más de historia que de fidelidad a la misma. Resumiendo: en 1601, Francisco Sánchez, a las afueras del pueblo (hoy pleno centro), levantó un teatro al estilo de los madrileños del Príncipe y de la Cruz. El patio de vecinos tenía aves, cabras y cochinos. Un corral dispuesto para la comedia y la tragedia (sobre todo la de aquellas compañías que recibían los verdulazos del gentío que acudía a casi todo menos a contemplar la representación). Cada uno de sus rincones fue desgranado por nuestra intérprete, intuimos que actriz e instruida moza del arte de las tablas y las velas. De nombre, Mercedes Lamas.
El ambiente social fue pormenorizado, los estamentos y sus colocaciones (tremendo el papel de los mosqueteros o bulliciosos espadachines del fondo de la platea). Las mujeres a la cazuela (caluroso balcón central). El teatro de aquel coqueto espacio era un evento social de encuentro y relación, más allá, como hemos escrito, de la obra en si.
Y del Siglo de Oro al Siglo de Hoy. Vicisitudes, olvidos, desprecios, hasta llegar a ser "El cine pequeño" (1927) o de Piperos. A partir de una cita de Esteban Azaña, el padre de Don Manuel, tres estudiantes investigan y llegan hasta hoy. Peridis lo restaura en 2005. Si maravilloso fue ocupar sus bancas, mejor fue bajar a sus entramados subterráneos para contemplar el empedrado original, el armazón de madera que lo sostiene (algún chico vio en los travesaños las trabajaderas de un paso, entre otras cosas por que íbamos con la cervicales dobladas para no herirnos con las astillas de los maderos).
Nos despedimos de la vieja Complutum. Por el corredor del Henares, pulmón industrial del centro (A2, autovía de Barcelona), Pedro comenta el plan vespertino. Lo dicho, se hizo. Comimos en el entorno de Atocha, hicimos un collage grupal del Guernica en el jardín tropical de la estación (lo expondremos en la Sala Tríptico en algún momento a fin de revivir estos maravillosos días). Allí quedamos con Alberto y Flavia. Ocupábamos todo un pasillo. Entre las explicaciones sobre la historia del cuadro picassiano, el pasillo no permitía paso alguno. Mi sorpresa vino cuando MJLeal, en perfecto alemán que yo desconocía que lo parlotease, a una pareja teutona, viéndolos venir por la espalda, les soltó con su natural amabilidad en el idioma de aquéllos: "Pasennnnn" (oye..., y pasaron).
Antes de coger rumbo al Museo Reina Sofía, quisimos visitar el entrañable y doloroso sitio dedicado a las Víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004. Cerrado por siesta. Alberto hizo una estupenda reconstrucción de aquel hecho terrible (192 asesinados) en la historia reciente de la ciudad y del país.
Ya en el patio de entrada del Reina Sofía, ¡qué ambiente tan bonito! Una ingente juventud diseminada  y multinacional sin prisa por entrar. Bien es cierto que las pruebas de sonido en un macroescenario de Radio 3, con motivo de la celebración del Día de los Museos (18/5), llevaban un día antes (el 17) a un chorro de artistas desde las 7,00 a las 23'30. Las pruebas de percusión (pum, pum,...) y de voz (síiii, síii,....pumpumpum, pururururupum) nos hacían casi olvidarnos de nuestro destino.16'22, 16'51, 17'03,...(pum, pum, siiiii, pum, plash, síiiii).
El Guernica nos absortó. Flavia y Alberto contaron lo suyo. Los maestros adobamos sus explicaciones: la Transición, la Guerra Civil, el MOMA, el Casón del Buen Retiro, la técnica, los significados,...Otras representaciones fotográficas, carteleras, videográficas, postaleras,...implementaron a ese símbolo de los horrores de la barbarie y de la clamación de la dignidad y la paz humana.
La competencia (urbana) de aprender a aprender la superó con nota toda la expedición en el paseo libre que dieron por el centro capitalino antes de retornar a Ciudad Escolar (19'45). Ese es el ideal, que no pase nada cuando cada cual dispone de su responsabilidad. Normalidad, menos alarmismos y ningún puritanismo (hay abonados y especialistas siempre y en todo lugar, no muy lejos -como dicen de las arañas-, en la pega y el pego, pero como se puede discrepar·de·todo·y·por·todo·,·y·como parece·que·, en·los·días·que·corren, ·toda·opinión·vale·lo·mismo...-léanlo con tonito otra vez, por favor-). El orden establecido de respeto, convivencia y responsabilidad se puede vivir libre. Educación se llama el invento.
Uber, Starbucks, Capuccino,... sonaban cuando con sonrisas nos saludaban. El cosmopolitismo de nuestros niños/as está fuera de toda duda. El mundo glocal que le llamaron los sociólogos. Vivir aquí que es el mundo.
Desde el volante, el conductor Antonio, uno más en el viaje, aporta su granito al resumen del jueves y de la semana en un tono franco-español que nos queda como sonido característico del viaje (para que suene esta crónica y escuchen a Antonio, sería interesante pinchar en youtube y elegir una entrevista de Sebastián Castella, ídolo nuestro, como Antonio Gálvez).
La tarde estuvo trufada de "maestro, yo me quedaba, no quiero que esto se acabe", "una semana más, sería lo correcto", ("el camarero era guapísimo"), "ay, qué pena que llegue el viernes".
Las mesas del comedor (sopa de calabacín, ensalada,...) se llenaron de miguitas y churretosas manchas, claro que los chiquillos venían de ver la inconmensurable y universal obra de Joan Miró . Ahora, quién les dice que no guarreen la tela. Pues ya está.
El último módulo diario lo contaremos mañana (no se lo pierdan; merece) porque por cada letra que escribimos en esta madrugada, seis borramos. ¡N·o·p·u·e·d·...!












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